La revuelta lanzada por los barones para acabar con Pedro Sánchez, el Secretario General que crearon, podría ser una auténtica «Conjura de los necios»

la conjura de los necios

Cuando hablo de necios refiriéndome a quienes han perpetrado un motín para pasar por la quilla al presunto capitán de la tripulación socialista, no me refiero sólo a la hermosa chapuza que han montado sin cerrar adecuadamente los aspectos procesales, en el más puro estilo Pepe Gotera. La verdad es que se espera más de gente tan lista y principal que cuenta con tantos años de experiencia a sus espaldas, pero, más que de eso, la necedad puede provenir del hecho de que los revoltosos, a estas alturas de la jugada, no se hayan enterado todavía de lo que ha pasado en este país —y en este mundo— en los últimos diez años.

Oía el otro día a uno de los muñidores del golpe (tal vez fuera, aunque no estoy seguro, el inefable García Page, otrora delfín del no menos inefable Pepe Bono) asegurar que no hay diferencias ideológicas en el PSOE, tratando así de reducirlo todo a los aspectos estratégicos y de lucha por el poder.

El problema es que eso supone obviar toda la historia del partido o cosas más recientes como aquello de “socialistas antes que marxistas” o las diferentes posiciones en el PSC, o pensar que no es ideología el mantenimiento de rancias concepciones unitarias frente al desarrollo de un auténtico estado federal. Supone olvidar también que en todo partido existen corrientes ideológicas y un ala más conservadora frente a una más radical.

ha sido precisamente la ideología o la pérdida de la misma la que nos ha traído hasta aquí

Y sucede que ha sido precisamente la ideología o la pérdida de la misma la que nos ha traído hasta aquí y la ideología o la pérdida de la misma la que puede haber alimentado la necedad de los conjurados.

Porque quienes han permanecido, en muchos de los casos (no en todos) en sus confortables aposentos o baronías, recibiendo como único feedback el proveniente de un coro de palmeros apparatchik, han sufrido dos efectos: por un lado, han ido perdiendo pelos en la gatera ideológica y, por otro, no han sido capaces de percibir los movimientos de la sociedad.

¿O no tiene nada que ver con lo que pasa hoy el desdichado discurso de Zapatero del 12 de mayo de 2010?

¿Es que ninguno de estos arrojados comuneros percibió la fractura que ello suponía con la base social del partido y con los principios ideológicos del mismo? Y, si la percibieron, ¿qué hicieron al respecto?

la conjura de los neciosQuienes hoy se conjuran contra un Secretario General que ellos mismos fabricaron fueron testigos de que las calles se movían y asistieron desde sus feudos sin mover un músculo a la continua pérdida de votos por la izquierda (seis millones) echando la culpa, no a su inacción o a su aplanamiento ideológico, sino a aquellos que no hacían más que absorber lo que ellos tiraban y con quien, por cierto, a pesar de eso se pactaba.

Pero ¿qué es este sindiós?

Porque ahora resulta que mantendremos los principios permitiendo gobernar a un sátrapa, aunque para ello haya que coger la pala y derruir el edificio a tres días de que en el Comité Federal se pueda ver que no tenemos indios suficientes.

Duda Pérez Tapias, con muy buen criterio, de que los que han dimitido de la Ejecutiva para cargarse a Sánchez puedan mirar a la cara a los militantes.

Es bien cierto, pero yo ampliaría el foco hacia muchos otros que no son ellos, incluidos presidentes, secretarios generales y jarrones chinos, que deberían rendir cuentas ante la militancia socialista y los ciudadanos españoles.

Por necios y por irresponsables.

Juan Santiago