El nuevo Reglamento del PSOE establece normas para  las candidaturas de los pequeños municipios que pueden suponer una herramienta de renovación

Nuevo Reglamento del PSOE

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La aprobación del nuevo Reglamento del PSOE que llevó a cabo el pasado 17 de febrero el Comité Federal supone un punto de inflexión importante para la vida orgánica del partido.

No sólo porque supone sistematizar las resoluciones del último Congreso, sino porque aporta elementos que van a tener trascendencia de cara a la organización y puesta en marcha del próximo proceso electoral de municipales y autonómicas.

Lo primero que hay que decir es que se agradece el hecho de que finalmente se haya refundido en un solo texto todo ese montón de reglamentos que volvía loca a la militancia aunque el resultado final sea ese tocho de 184 páginas y 558 artículos que, seguramente, echará para atrás a más de uno.

¿Ha llegado el tiempo del nuevo Partido Socialista?

Pero, además de eso, el Reglamento incorpora principios y procedimientos que van a ser muy importantes a la hora de regular la vida del partido y a la hora de fijar las candidaturas en todos los ámbitos, desde la presidencia del gobierno hasta las alcaldías de los pequeños municipios.

La excepción de los pequeños municipios

Y es aquí donde me gustaría detenerme porque estamos a poco más de un año de establecer esas candidaturas, porque ese es el espacio en el que se mueven la mayor parte de las agrupaciones socialistas en todo el país y, tal vez, porque no esté de más hacer un poco de pedagogía.

El Reglamento establece un mandato claro en su artículo 218.2: la elección en primarias es el sistema que constituye norma de aplicación directa y de obligado cumplimiento en todos los ámbitos. Es importante porque, en caso de duda, cualquier interpretación ha de operar a favor del sistema de primarias y no en su contra.

la elección en primarias es el sistema que constituye norma de aplicación directa y de obligado cumplimiento

Sin embargo, y en contradicción con ese principio general, el siguiente artículo excluye del sistema de elección de candidato por primarias precisamente a los alcaldes de municipios de menos de 20.000 habitantes que han de elegirse, literalmente, mediante una lista completa.

Estamos pues ante una excepción al principio general, pero eso no quiere decir en modo alguno que sea un sistema de lista única ni siquiera para el caso de que el municipio en cuestión esté regido por un alcalde socialista.

Lo que únicamente quiere decir es que el candidato a alcalde en los municipios pequeños no se elige en primarias, como puede ser en el resto de los ámbitos, sino mediante confrontación de listas completas. Y es importante porque estamos ante el supuesto más habitual en todo el país.

Un procedimiento claro

A partir de ahí, el sistema es sencillo: convocada asamblea para la elección de la correspondiente candidatura municipal, la comisión ejecutiva o cualquier militante podrán presentar, hasta 24 horas antes, una o varias listas que tendrán que incluir a todos los candidatos a elegir, incluyendo a los suplentes y, lógicamente, al candidato a la alcaldía.

Y todo ello sin más restricción que la que supone que, si el municipio está regido por un alcalde socialista que desea repetir, las listas alternativas deberán contar con el aval de, al menos, el 30% de la militancia. Algo que, sin duda, supone una limitación pero que está dentro de los límites de lo razonable.

Es verdad que en municipios pequeños con agrupaciones formadas a veces por unas pocas decenas de militantes, el hecho de armar listas completas no es sencillo, pero también es preciso reconocer que el sistema supone huir de una serie de automatismos que existían con anterioridad y que suponían en algunos casos auténticos cuellos de botella que impedían o bien la renovación o bien la solución de problemas o bien la corrección de errores que acababan enquistándose.

Es indudable que el sistema se puede mejorar y que podría abrirse a primarias para todos los espacios territoriales, pero también es cierto que los pasos hay que darlos si se quiere caminar y que ahora toca saber qué se quiere ser de mayor.

Juan Santiago