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En el laberinto de la política española se produce una curiosa paradoja que consiste en que, ante una serie de hechos incontrovertibles, que no ofrecen ninguna duda, unos los ignoran de manera evidente mientras que otros, buscando el propio beneficio, hacen como si no existieran.
La cuestión tiene importancia porque desfigura la realidad política que podría resultar si se aplicaran los mismos principios que resultan de esos hechos incontrovertibles.
Veamos:
En Aragón, Javier Lambán, a la sazón Secretario General del Partido Socialista, sin ser la fuerza más votada, gobierna y fue investido presidente gracias a los votos favorables de Podemos, Chunta Aragonesista e Izquierda Unida para llevar a cabo un programa “centrado en las personas” cuya finalidad es “reconstruir” los servicios públicos.
En Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, asimismo Secretario General del PSOE castellano manchego, que no es la fuerza más votada, gobierna y fue investido Presidente gracias a los votos de Podemos para desarrollar un programa basado en diez ejes concebidos como diez mandamientos.
En Baleares, Francina Armengol, también Secretaria General del Partido Socialista de las Islas Baleares, segunda fuerza política en votos y escaños, fue investida Presidenta gracias a los votos de Podemos y Mes para gobernar “desde el diálogo y no desde el enfrentamiento”.
En Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el Secretario General del PSOE extremeño, que aquí si fue el partido más votado, pudo ser investido Presidente con mayoría absoluta gracias a los votos de Podemos para que Extremadura fuera la primera región de España “libre de desahucios para la gente que no pueda pagar”.
En Valencia, Ximo Puig, casualmente también Secretario General del Partido Socialista del País Valenciano, segunda fuerza política en votos y escaños, fue investido President de la Generalitat con los votos de Compromís y Podemos y gobierna en coalición con Compromís para desarrollar un acuerdo programático.
Aquí, en Asturias, Javier Fernández, por supuesto Secretario General de la Federación Socialista Asturiana, fuerza mayoritaria, fue investido Presidente con los votos favorables de Izquierda Unida y la abstención de Podemos y Ciudadanos para llevar a cabo un programa pactado con Izquierda Unida, basado en un rescate social y en la reforma de la Ley Electoral.
Vamos a obviar la formación de los gobiernos municipales de las grandes ciudades que han ido a manos de formaciones de izquierda o centro-izquierda gracias a acuerdos, pactos y programas que desbancaban posibles nuevos gobiernos del Partido Popular, pero añadamos otro hecho absolutamente incontrovertible:
El mundo sigue girando, las instituciones siguen funcionando, en la mayor parte de las ocasiones la gestión de la cosa pública ha mejorado y se ha acercado al ciudadano y, además, no se ha producido, que sepamos, el Apocalipsis ni la llegada del Anticristo.
Y si todo esto es así, la pregunta es ¿se puede saber qué está pasando? ¿Va la izquierda o el centro izquierda a permitir este juego de trileros y grandes coaliciones en los que Don Tancredo y sus acólitos están embarcados con la protección del aparato de propaganda.
No sé muy bien qué va a pasar, pero alguien se lo va a tener que hacer mirar.