Los datos que aparecen en el ObSERvatorio de la Cadena Ser deberían conducir al Partido Socialista a hacer una reflexión sobre su estrategia de cara a la campaña electoral del 26 de junio

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observatorio para la reflexión

No creo mucho en la santidad ni en la objetividad de las encuestas que se publican en estos tiempos revueltos porque suelen estar cocinadas, como las recetas adulteradas, al gusto del cliente.

Sin embargo, creo que en el ObSERvatorio publicado estos días por la Cadena Ser hay tres o cuatro elementos que pueden merecer atención, no tanto porque al final puedan coincidir o no con el resultado, sino porque quizás deberían conducir a que algunos partidos hicieran una reflexión de cara a la campaña.

Por ejemplo, hay un hecho curioso en la percepción ciudadana de que un gobierno que se forme con muchos apoyos parlamentarios, aunque estos sean ideológicamente dispares, es un gobierno más fuerte. De hecho, según el dato publicado, casi la mitad de los encuestados (el 47%) afirman preferir un gobierno pactado entre varias fuerzas aunque sean de distinta ideología por considerarlo más fuerte o estable.

No sé cómo estaba formulada la pregunta pero me temo que esa percepción no se ajusta a la realidad. Eso podría ser cierto en escenarios como los que hemos vivido hasta ahora con un gran partido mayoritario que se apoyaba en pequeñas bisagras nacionalistas, pero pensar que en un escenario de cuatro partidos muy igualados en una horquilla de apenas diez puntos, un gobierno formado por fuerzas ideológicamente opuestas, va ser un gobierno estable a partir del momento de la investidura me parece más que arriesgado. Seguramente, un gobierno más cohesionado desde el punto de vista ideológico, con un programa bien armado, puede ser más estable a largo plazo aunque los apoyos iniciales sean más justos.

los encuestados atribuyen la responsabilidad de volver a las urnas precisamente al partido autor del inocuo pacto con Ciudadanos

Otro tema curioso es el de la culpabilidad o responsabilidad en la repetición de las elecciones. Y digo que es curioso porque el Partido Socialista basó y está basando toda su estrategia en trasladar a los electores que eran otros los culpables de que no hubiera gobierno a pesar de todos sus esfuerzos. Pues bien, no santificaremos los datos, pero según el obSERvatorio resulta que, mayoritariamente, los encuestados atribuyen la responsabilidad de volver a las urnas precisamente al partido autor del inocuo pacto con Ciudadanos, con cinco puntos más que al PP y más del doble que a los sillones de Podemos. Seguramente no son datos a extrapolar, pero alguna reflexión merecerían de cara a lo que se avecina.

También merecería una reflexión el tipo de gobierno que parece que preferirían los encuestados y creo que no estaría de más poner esto en relación con lo que hablábamos antes de la estabilidad y fortaleza, porque mayoritariamente la gente se decanta como mejor gobierno por uno homogéneo, escorado a la izquierda y formado por PSOE y Unidos Podemos, que dobla a otro formado por la derecha de PP y Ciudadanos y a otro transversal y está muy por encima de la altisonante Gran Coalición.

Como se ve, motivos para la reflexión existen. Por cierto, un último elemento a considerar que no es menor: ¿Por qué no se desgasta más un PP gangrenado por la corrupción? Dos motivos se me ocurren: uno es la existencia de la pinza, pero no la que se utiliza a veces como coartada sino la que algunos se ponen en la nariz a la hora de depositar el voto en la urna y otro, conectado con éste, que es el hooliganismo. Lo que le ocurre a una madre que tiene un hijo poco ejemplar, que es un sirvegüenza, pero es su sinvergüenza. Vamos que podrían ser unos presuntos ladrones, pero, a fin de cuentas, serían nuestros presuntos ladrones.

O como se diga.

Juan Santiago