Así ha justificado un alto dirigente del Partido Popular lo que, para algunos, es una auténtica estrategia de saqueo.
Para que lo tengan ustedes claro, todo esto de los pagos “para compensar” se hacía así porque ese era el «sistema”.
Repasemos a grandes rasgos en qué consistía ese “sistema” con los datos ciertos con que contamos. Pero, antes, dejemos aquí, como recordatorio, sin entrar en interpretaciones ni agujeros y con el único ánimo de poner de manifiesto su espíritu, lo que dice la ley desde 1991:
El mandato de los Diputados y Senadores se ejercerá en régimen de dedicación absoluta en los términos previstos en la Constitución y en la presente Ley (Ley Orgánica del Régimen Electoral General)
En virtud de lo establecido en el apartado anterior, el mandato de los Diputados y Senadores será incompatible con el desempeño, por sí o mediante sustitución, de cualquier otro puesto, profesión o actividad, públicos o privados, por cuenta propia o ajena, retribuidos mediante sueldo, salario, arancel, honorarios o cualquier otra forma.
Está claro ¿no? pues ahora repasemos los entresijos del “presunto” “sistema” que, de momento, conocemos:
Una parte de la cúpula del Partido (la práctica totalidad) ostentaba un cargo público (la mayor parte de ellos, eran diputados o senadores).
Por esa condición obtenían las remuneraciones correspondientes a dicho cargo y quedaban sujetos a las normas de incompatibilidad.
Independientemente de esos ingresos, el Partido Popular, no sabemos en base a qué criterios ni quién los establecía, asignaba y pagaba cantidades mensuales iguales, que incluían pagas extraordinarias, a esas mismas personas que ya habían percibido el salario asignado al cargo que cada uno ocupaba.
Además de ello, el Partido Popular, en algunos casos, llevaba a cabo remuneraciones en especie (alquiler de vivienda o minutas de abogado).
Adicionalmente, el Partido Popular actuaba como una especie de Sociedad de Socorros Mutuos, haciendo entregas discrecionales a determinados cargos en los que había concurrido alguna circunstancia que consideraban excepcional (en algún caso tan excepcional como haber dejado de ser ministro).
Una parte de estos pagos se llevaba a cabo “en crudo”, mediante sobres viajeros que se entregaban en el curso de un almuerzo (suponemos que la cuenta la pagaría el que cobraba).
No se conoce que existiera una normativa que recogiera los supuestos a proteger o a compensar, ni una partida del presupuesto de la organización destinada a dichos fines. Tampoco se sabe quién determinaba si el supuesto era susceptible de compensación o no.
Nadie ha explicado en detalle la repercusión fiscal de todos esos pagos ni cuál es la base jurídica según la cual el PP considera que se han ajustado absolutamente a la legalidad.
Y, lo más importante: todo esto se considera normal.
También se considera normal que no se sepa a cuánto han ascendido las “compensaciones” a que ha hecho frente el PP ni quiénes han sido todos los beneficiarios, ni en qué cuantías.
¡Ah! Y que quede claro: esto no son sobre…sueldos, en todo caso, presuntos sobre…sueldos. Ya me entienden.