Las nuevas Directrices para el Área Central de Asturias condenan a las Alas de la región a ver cómo se ensancha la brecha que ya existe.

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Condenar a las Alas

Fuente: REGIOlab

Yo creo que resulta especialmente interesante, desde el punto de vista de las Alas de Asturias, poner en relación dos documentos de los que hemos tenido conocimiento en estas últimas semanas.

Me refiero, por un lado, al informe del Observatorio Regional de la Universidad de Oviedo sobre «Crisis y recuperación económica en Asturias» que constata la existencia de una región que, según dice textualmente, “parece moverse a dos velocidades distintas” y, por otro, a las Directrices de Ordenación del Área Central de Asturias que propugna la creación de un Área Metropolitana en dicha zona.

No es, por otra parte, ninguna excentricidad ponerlos en relación puesto que los dos han salido de la misma institución, el REGIOlab, y los dos tienen el mismo padre en la figura del profesor Fernando Rubiera.

Es verdad que aquí, en el Ala Occidental, no necesitábamos muchas tablas o muchos gráficos para saber que no íbamos a la misma velocidad, pero no está mal que ahora los científicos acrediten que no es que vayamos lentos, sino que vamos para atrás, que mientras, por ejemplo, Gijón crece al 1,39 nosotros menguamos al -0,57, es decir, casi dos puntos de PIB.

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Fuente: REGIOlab

Nosotros sabemos perfectamente que existe una brecha entre el centro y las Alas y que esa brecha se sigue ensanchando. Por eso, quizás, nos produce una cierta perplejidad ver ahora, negro sobre blanco, que, en lugar de buscar, crear y potenciar mecanismos que puedan reequilibrar para hacer disminuir esa brecha (ya no decimos cerrarla), lo que sucede es que tenemos que ver, con envidia, cómo se ponen en marcha mecanismos — estupendos por otra parte — que servirán para hacer un poco más ancho el precipicio.

Lógicamente, no puedo estar en contra de procesos de reordenación o coordinación del Área Central, ni estoy en contra de que se apliquen criterios específicos de Áreas Metropolitanas a los concejos rurales de esa Área Central. De hecho, es algo que he venido defendiendo desde hace bastantes años como una forma de revitalizar nuestro territorio. No se trata de eso. Se trata del sentimiento de postergación, de olvido, que se refleja en este documento.

Documento que, por otra parte, no podemos vender como simple estudio sin relevancia práctica, como he oído en algún sitio. Estamos hablando de un documento de 214 páginas que está ya a información pública, que tiene relevancia normativa y que formará parte del ordenamiento jurídico asturiano. Es decir, que será ley y, por tanto, consumirá recursos.

Estamos hablando, en definitiva, de mantener el embudo en la misma posición, sólo que haciendo el agujero del centro más ancho, en lugar de darle la vuelta. Como en los embudos, ahora, todo lo que cae, resbala hacia el centro sin que nada quede en los bordes. Si diéramos la vuelta al embudo, por el centro seguiría entrando agua, pero algo quedaría aquí y nos mojaría. Lo que es indudable es que, después de la configuración del Área Metropolitana, tenemos grandes posibilidades de que el embudo se convierta en un tobogán que nos conducirá a todos al centro.

No nos engañemos, la potenciación de los sistemas de comunicación, el estímulo de la movilidad colectiva, la racionalización  de las áreas industriales, la recuperación de las áreas degradadas, la dignificación de las zonas periurbanas, los equipamientos y todo los mecanismos que se contemplan en las alternativas van a consumir la práctica totalidad de los recursos disponibles, nos lo cuente quien nos lo cuente.

Aquí, mientras tanto, seguiremos cerrando explotaciones ganaderas, mandando a nuestros hijos para afuera y sentados al sol en un banco. Lo malo es que, a lo mejor, esebanco no está ni siquiera en uno de nuestros parques.

Juan Santiago